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– Cazanoticias 3.0: ‘Diversión sin alcohol, ¿es posible?’>>#EducaciónResponsable & #STOPAlcohol & #GotasDeSalud
Manuela Bleda, profesora de Lengua y Literatura castellana
03.03.2019 – PATRICIA VILLA HERNÁNDEZ, alumna de 2ºBachillerato
DIVERSIÓN SIN ALCOHOL, ¿ES POSIBLE?
Son las diez. Tu amigo te espera en la puerta para salir de fiesta. Llegáis al local, bailáis, reís…bebéis.
Una fiesta sin alcohol no es una buena fiesta. Y es que, para muchos jóvenes, sin alcohol no hay diversión: «De vez en cuando una copa no hace daño» o «Es que yo soy muy tímido y necesito algo que me quite la vergüenza?, son algunos de los argumentos que podemos escuchar de la boca de muchos de ellos, gran parte de los cuales, menores.
Está claro que el consumo de alcohol es todo un negocio. Junto al tabaco, es una droga legal. Sí, has leído bien: el alcohol es una droga y muchos de sus consumidores lo desconocen por completo. La Organización Mundial de la Salud define droga como: «término de uso variado que en medicina se refiere a toda sustancia con potencial para prevenir o curar una enfermedad […] En el lenguaje coloquial, el término suele referirse concretamente a las sustancias psicoactivas y, a menudo, de forma aún más concreta, a las drogas ilegales.»
Como todo el mundo sabe, no solo se consume alcohol en discotecas o locales similares, sino también en terrazas y bares, en incluso en nuestras casas. Sin embargo, lo que indudablemente goza de popularidad entre los jóvenes y, especialmente entre los adolescentes, son los ?botellones?. Los sociólogos los definen como la ?reunión masiva de jóvenes de entre 14 y 24 años fundamentalmente, para consumir grandes cantidades de bebida alcohólica que han adquirido previamente en comercios?. Su popularidad se debe en parte a que son mucho más económicos que ir a un local cuya entrada puede rondar entre los 7 y los 15 euros más las consumiciones. Además, si eres menor de edad, esta manera te garantiza que vas a beber, es decir, que vas a poder consumir alcohol, ya que supuestamente (ya que luego en la práctica no es siempre así), en los locales y discotecas las bebidas alcohólicas se reservan para aquellos mayores de dieciocho años, a pesar de que a los jóvenes de dieciséis en adelante les esté permitida la entrada.
En el Bando de la Huerta, los botellones se concentran en la zona de la Fica y la Fama. Durante los fines de semana es en Atalayas donde estas reuniones suelen tener lugar. Son también botellones las famosas «Paellas Universitarias», que tienen lugar en distintos descampados cerca de la universidad.
Junto a los botellones, una forma muy tentadora de beber es a través de juegos como la botella, la paranoia, el veintiuno o el beerpong. En algunos, como el indio, se combinan el alcohol y la marihuana (consiste en inhalar el humo de un canuto a la vez que bebes un trago de alcohol).
Sin embargo, toda esta «diversión» tiene un precio: la salud. Son muchos los casos de menores que han terminado en hospitales después de un botellón durante el concierto de los 40 Principales que tiene lugar en la Nueva Condomina, festivales como el Animal Sound o incluso en el mismo Atalayas antes de entrar a una discoteca. Del mismo modo, de acuerdo con los últimos datos de la Dirección General de Tráfico, el 43% de los conductores fallecidos en accidente de tráfico el pasado año, analizados por el Instituto Nacional de Toxicología, tenían presencia en sangre de alcohol, drogas o psicofármacos.
Es importante destacar que «emborracharse» no es la única forma de divertirse. De hecho, los videojuegos, el cine, los karaokes, una tarde en casa jugando a juegos de mesa o participar en las actividades culturales que el Ayuntamiento promueve para los jóvenes pero que muchas veces por falta de información la gente desconoce, son formas en las que los adolescentes podemos disfrutar de nuestro tiempo libre sin poner en riesgo nuestra salud o engañar a nuestros tutores. Si uno lo que pretende con el alcohol es no sentirse cohibido, el teatro y múltiples talleres específicos para ello son la solución, pues gracias a ellos perder la vergüenza, mejorar la autoestima y adquirir confianza en nosotros mismos, será posible de forma permanente y no temporal.
Es necesario promover una educación en la que se informe sobre los riesgos de esta forma de ocio insana e ilegal, pues muchas veces la ignorancia nos hace incapaces de tomar las decisiones acertadas.